Esta nueva media temporada ha cosechado un importante éxito de público en USA, lo que implica una nueva entrega tras la finalización en febrero de los capítulos ya grabados. Los fans estamos de suerte, pues la quinta temporada suele ser un punto en el que muchos productores deciden finalizar una serie, debido a que para ese momento ya suele estar muy exprimida y la gente empieza a perder interés en ella. Si hacemos caso a los datos de audiencia (entre 13 - 16 millones de personas en cada capítulo), The Waling Dead no parece destinada a morir.
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Ya al fin de la cuarta temporada, con Rick y los suyos encerrados en un vagón a la espera de que les llegue su turno para «servir» a la comunidad de Terminus, una simple mirada del carismático ex-policia nos daba una pista de qué iba a pasar en los siguientes capítulos: evolución... al lado salvaje de la humanidad.
Y así empezamos, resolviendo una situación muy complicada con un recurso fácil pero que devuelve a la palestra a uno de los personajes que había ido ganando peso debido a su radical cambio de actitud, Carol, y que se adelanta al cambio de tendencia que todo el grupo se ve obligado a tomar. Dirección que parece llevar a un camino interior sin retorno y de un elevado coste moral para todos.
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Tras salir del atolladero, la acción pasa a un segundo término al volver a la carretera y los capítulos se hacen más pausados. Los personajes empiezan a tomar posiciones en un tablero cambiante gracias a la aparición al final de la anterior entrega de Abraham y el Dr. Eugine, quien asegura conoce la manera de acabar con la infección.
Carol, Rick, Carl, Tyresse, Daryl..., todos ellos tienen capítulos muy personales, en los que se ven obligados a cambiar su percepción del bien y del mal; un camino iniciado en capítulos anteriores y que definitivamente toma cuerpo en estos nuevos ocho capítulos.
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La evolución de los personajes se desarrolla a la par de las nuevas tramas que evidencian el deterioro humano de los supervivientes sometidos a la presión de la supervivencia continua. Los caminantes, como ya se ha comentado es un simple marco de localización y, a medida que avanza tanto la serie como los cómics, se va haciendo más patente. Como resultado, nos encontramos con largas charlas entre los miembros del grupo que aumentan su peso en detrimento de las escenas de acción.
Entre estas subtramas destaca en especial la explicación del grupo liderado por Abraham, verdaderamente la más interesante por las consecuencias que conlleva.
El cierre de esta media temporada no dejará a nadie impasible, aunque seguro que sí descontentos. Es una lástima, pues podría haberse focalizado de manera que hubiese ocasionado la entrada en escena de nuevos personajes con una visión interesante.
Toca esperar a febrero para que se reanude la emisión con los ocho capítulos restantes de la temporada, en la que nos encontramos de nuevo en un punto de partida sin apenas tensión y con la aparición de un personaje del pasado que tampoco es que levante pasiones, contrastando con los últimos cierres en situaciones mucho más intensas.
Veremos si los muertos siguen con su gancho.
Valoración: 7.5 puntos de sutura.
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