Otro claro ejemplo de una buena idea que un desgraciado al que le ha caído por accidente una cámara en sus manos jode por completo. Lo más terrorífico de la película fue intentar aguantar despiertos hasta que se acabara. Mel pasó ni siquiera de intentarlo y Ferran y yo tuvimos serios problemas para aguantar.
En fin, jornada para el olvido
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